domingo, 4 de noviembre de 2012

Nuevo... ¿trabajo?

Desde que me despidieron, he estado dedicando todos los días un buen rato a buscar un nuevo empleo en la diversidad de portales para tal efecto que hay en la red. No obstante, a día de hoy, esta búsqueda todavía no ha dado sus frutos, si bien es cierto que estoy siendo un poco elitista a la hora de aplicar los filtros de búsqueda. Al fin y al cabo y al menos durante estos primeros meses de paro, no tengo excesiva prisa ya que en estos 6 últimos años me han estado explotando a base de bien, trabajando en turnos de 24x7 incluyendo festivos, y cuando no estaba a turnos tenía que estar disponible las 24 horas por lo que pudiera pasar (y que pasaba con demasiada frecuencia). Qué os voy a contar a vosotros que no sepáis. Unas merecidas vacaciones.

Ya os habréis dado cuenta de que hace bastante que no escribo, y es que a pesar de que desde que me despidieron tengo bastante tiempo libre, me ha faltado "material" en el que inspirarme. No obstante, el otro día me sucedió algo curioso... paseando al perro por la mañana me di cuenta de que en una de las naves del polígono industrial de mi pueblo, había en una un cartel que rezaba "Busco informático".

Esa misma mañana después de dejar al perro en casa y coger un CV, me personé en la pequeña nave del cartel para interesarme por esa supuesta oferta de empleo. La pequeña nave (reincido en lo de pequeña) había visto tiempos mejores; estaba fabricada con planchas de metal que algún día fueron de color blanco. Ahora mismo estaban más bien de un feo color naranja por el óxido. Tras subir una pequeña escalera metálica, llamé al timbre de la puerta y, unos veinte segundos después, un chasquido metálico denotó que alguien había abierto la puerta en la distancia.

Abrí la puerta, la cual me saludó con un sonoro chirrido, y nada más entrar en la instancia vi a una señora de unos cincuenta y muchos años tras una pequeña mesa que hacía de mostrador. La sala solo tiene la mesa de la señora (que intuyo que es la secretaria/recepcionista), y tras ella otra puerta que imagino que llevará al complejo principal de la empresa.

- Buenos días.
- Hola, dime.- la señora apenas levantó la vista para mirarme, enfrascada en la revista ¡Hola! que escondía tras un dossier de facturas y que pensaba que yo no iba a ver. Empezamos bien.
- Vengo por el anuncio de la entrada que dice que buscan informático.
- Ah, sí.
- Pues eso, que soy informático y vengo a interesarme por el anuncio.
- Vale, espera un momento.- coge el teléfono que tiene al lado dejando su revista a la vista. Tras pedirle a un tal Jose (sin tilde) que venga, me dice que espere un momento.

Un par de minutos más tarde aparece un hombre de la misma edad que la señora que me recibió. Con una sonrisa me ofrece su mano. Yo soy una persona que normalmente aprieta cuando estrecha la mano, lo considero un símbolo de confianza y seguridad, pero lo de este tío fue exagerado. Me crujió los nudillos.

- ¡Buenas! Soy Jose.
- Buenos días, me llamo ManOwaR, vengo por el anuncio de que buscan informático.
- Sí, sí. Pasa conmigo.- me señala la puerta que está detrás de la recepcionista.

Tras la puerta se encuentra un pasillo con sendas hileras de puertas a los lados. Básicamente la pequeña nave consta de 8 despachos, mas la sala de la recepcionista, y uno más grande al fondo del todo que, evidentemente, es el de Jose, el jefe. A este despacho nos dirigimos. El hombrecillo abre la puerta y me ofrece el paso.

- Gracias.- el tipo parece majete y bastante educado, lo que hoy en día es MUCHO, creedme.
- Siéntate.- me ofrece una de las dos sillas de oficina que hay delante de su mesa. Él se sienta en su cómodo sillón de director... de los años 50 por lo menos.
- Gracias.- repito.
- Bueno, cuéntame.
- Pues mire, le he traído un CV para resumir las cosas.- en realidad yo había ido a preguntar y a dejarles el CV si acaso, pero el tipo parece que quiere entrevistarme en ese mismo momento. Pues vale.

Tras una breve conversación de 10 minutos en la que le cuento mi experiencia profesional, Jose parece haberse quedado bastante satisfecho. Él me cuenta que su empresa se dedica exclusivamente a organizar la logística de una importante empresa de paquetería. Tienen 10 ordenadores, 4 impresoras y ningún servidor. NINGÚN servidor. Su intención es que yo informatice todo, incluyendo la compra de un par de servidores. Me comenta que tiene vía libre para invertir cierta cantidad de dinero. La pequeña nave solo es un añadido de otra nave gigante que hay al lado, donde está la empresa de paquetería, pero según Jose eso no será de mi incumbencia.

- Vale, empiezas esta misma tarde.
- ¿Esta tarde?.- ojiplático me quedo.
- Sí. ¿Te viene mal?
- No, me viene bien, pero.. ¿no firmamos contrato ni nada?
- Bueno, realmente no estaba pensando en hacer contrato. Pensaba más bien en que nos ayudaras un tiempo en plan freelance hasta que quede todo informatizado.- Ya, claro.
- Pero yo no soy ni autónomo ni freelance.
- Bah, no te preocupes. Te pagamos en B y listo.- qué jodido.
- La idea de hacerme Freelance empieza a parecerme buena. Le propongo lo siguiente: yo esta tarde vengo y veo cómo está todo. Como es viernes, durante el fin de semana me curro un proyecto con presupuesto y todo para dejárselo todo informáticamente niqueladito y se lo presento el lunes.
- ¿Un presupuesto cerrado?- Jose hace una mueca de descontento, pero me da igual, no tengo ninguna intención de trabajar en B confiando únicamente en su palabra, que ya tengo los huevos pelados con estas cosas.
- Eso es. Si no le gusta siempre puede decirme que no el lunes.
- Bueno vale, acepto.
- Ok.- me levanto de la silla y le ofrezco la mano, esta vez preparándome para el estrujón. - Pues nos vemos esta tarde de nuevo. ¿A las 3?.
- Vale, hasta la tarde.- me responde mientras me estruja los nudillos de nuevo. No sé cuántos apretones de mano seré capaz de soportar, vaya tela con el tal Jose.

Vuelvo a casa, preparo la comida, y después de comer cojo mis bártulos (básicamente un pequeño cuaderno y un boli) y voy de nuevo a la nave de Jose. Al llegar me recibe la recepcionista-mujer de Jose, y comienzo mi andadura a ver en qué estado se encuentra todo.

El primer problema que encuentro es que no hay ningún sitio adecuado para hacer las veces de CPD. El único router que tienen es uno de serie de Timofónica puesto encima de un pequeño arcón en el despacho del jefe, y lo peor de todo es que la única roseta que llega a la nave está ahí. No tienen ni siquiera una instalación de red, cuando tienen que enviar ficheros de un PC a otro lo hacen con disquettes de 3.5".

El segundo problema es que los datos y archivos están almacenados localmente en los PCs de los lusers. Por ejemplo, el fichero (fichero en singular) de contabilidad es un Excel en el PC de Paco, el de contabilidad. No quiero ni imaginarme qué pasaría si ese PC decide morir prematuramente (o no, puesto que ese PC es un Dell del año de la tarara con Windows 98).

El tercer problema son los PCs de los lusers. Como dije en el párrafo anterior son dignos de anticuario; la mayoría Pentium I con Windows 98, e incluso el de la recepcionista es un 486 DX2 a 66Mhz con Windows 95. No sé ni cómo funciona todavía el animalico.

Después de recoger todos los datos necesarios termino mi primera "jornada laboral" allí y vuelvo para casa. Me pongo con el proyecto con el título "Informatizar lo ininformatizable". Toma juego de palabros.

No sé de cuánto dinero dispone el amigo Jose, pero lo mínimo que necesita esa sede para informatizarse en condiciones es un router como Chuck manda con un switch gestionable (ni me planteo tener uno de backup para redundancia), tirar cable de red y poner rosetas en todos los despachos. Además hace falta como mínimo un servidor para datos y otro de dominio.

Una vez hecho el proyecto, con planos en Visio y todo, me dispongo a hacer el presupuesto. Por suerte conservo catálogos de mi anterior estancia en V, así que los precios aproximados y los teléfonos de los distribuidores los tengo. Dos servidores IBM, 10 PCs medio decentes, un router y un switch Cisco, cable de red, rosetas, canaletas... en fin, todo. Lo redacto para que quede bonito y lo añado al proyecto. Una panzada a currar que espero que al menos merezca la pena. Sobre todo porque TODO voy a tener que hacerlo yo solo, desde tirar el cable hasta pasar los datos de los PCs al servidor de datos, configurar backups, etc...

El lunes por la mañana me doy cuenta de que al presupuesto se me ha olvidado añadirle la mano de obra, así que me toca rehacerlo y volver a imprimirlo antes de ir a ver a Jose, por lo que en vez de presentarme a las 8 como pretendía, llego a las 8:45.

Al llegar llamo a la puerta y de nuevo tras veinte segundos de reloj me responde el chasquido que indica que la han abierto desde dentro.

- Buenos días.- saludo a la recepcionista.
- Hola. Jose te está esperando en su despacho.
- Gracias.

Entro por la puerta y me detengo ante la del despacho del jefe. Llamo.

- ¡Paseeeeeee!- abro la puerta.
- Buenos días.
- Hombre hola, ya pensé que te habías arrepentido y no venías.
- No, qué va. Es que tuve un pequeño problema con el proyecto y tuve que arreglarlo antes de venir. Pero aquí lo tiene.- le tiendo los papeles.

Jose se tira no menos de 10 minutos en silencio leyéndolo a conciencia, así que yo decido ponerme cómodo. Me quito la chaqueta y la pongo en el respaldo de una de las sillas para, acto seguido, ir a una pequeña mesita sobre la cual hay una cafetera.

- ¿Puedo?.- le digo señalando al café recién hecho.
- Sí, sí.- me responde sin levantar la vista del documento. Sí que está enfrascado en la lectura.

Me sirvo el café. Qué rico, coño. Y qué cargado. Me siento con el vasito de plástico calentándome las manos, que hace frío. ¿No tienen calefacción? Parece ser que no.

Al poco rato, Jose se quita las gafas y se masajea el puente de la nariz. Se las vuelve a poner y, por fin, levanta la mirada hacia mi.

- Bueno, esto está muy bien.
- ¿Pero?
- Pero se sale de presupuesto.
- ¿Puedo saber de qué presupuesto disponen?
- Pensaba invertir un par de miles.
- ¿Y con eso pretendía poner servidores y demás? No tiene ni para empezar, hombre.
- Es que no puedo hacer otra cosa. ¿Realmente es necesario renovar los ordenadores de todo el mundo? Si funcionan bien...
- Desde luego que es necesario. Realmente no sé ni cómo siguen funcionando esos trastos.
- ¿Y los servidores de qué son, de oro? Vaya precios...
- Pues son de los baratos. Pero bueno, también podemos poner PCs un poco más potentes y tener servidores de andar por casa.
- Pues sí, sería lo mejor... ¿y esto de "suich" qué es?
- Es un aparatito que nos sirve para controlar la red y dar servicio a todos los ordenadores.
- ¿A todos? Pero yo no quiero que mis empleados tengan internet, que luego no trabajan.
- Bueno, se les puede cortar el acceso a Internet, pero red tenemos que tener si quiere tener servidores.- se queda perplejo ante esa afirmación.
- ¿Pero red no es internet?
- No necesariamente. Podemos montar una red interna, solo entre los PCs de la empresa y los servidores, sin salir a Internet.
- Ah, no sabía que se podía hacer eso. ¿Y saldrá más barato?
- No, igual.

Jose deja caer los papeles sobre la mesa.

- Pues me temo que te he hecho venir para nada. No podemos gastarnos este dinero ahora mismo. De todas maneras, si no te importa déjame estos papeles para presentárselos a mis superiores de la empresa de paquetería, a ver si nos lo quieren financiar.
- Pues vale. Supongo que ahora es cuando me dice que ya me llamará, ¿no?
- Sí, descuida. Si lo aprueban yo te llamo para que lo hagas.
- Vale, pues nada, un placer Jose.
- Igualmente.- responde mientras me estruja la mano por tercera vez.

El viernes de esa misma semana, de nuevo paseando al perro cerca de la nave, veo como de una furgoneta blanca aparcada en la puerta salen dos tíos con monos azules y empiezan a descargar de la misma unas cuantas cajas, todas con el logo de IBM. Ese mismo día por la tarde vuelvo a pasar por allí, y me doy cuenta de que hay unos cuantos tipos entrando y saliendo contínuamente. Me asomo por uno de los ventanucos y veo cómo están instalando un pequeño rack en el despacho de Jose.

Así pues, resulta evidente que he hecho el primo. Me he currado un proyecto de puta madre para que luego se lo encargue a otros que posiblemente le cobren menos de lo que yo iba a cobrar. O que son familiares, vaya usted a saber...

Lo que sí sé es que esto no va a quedar así. Nadie se aprovecha de mi y sale impune. Tendréis noticias...