Hay que ser burro, pero burro...

Que digo yo, que uno normalmente cuida más o menos de sus instrumentos de trabajo. O así debería ser. Pero hay gente que pasa tres kilos de todo. Este es el caso del Lagartija, uno de los becerros del almacén. Es el encargado de pasar por la etiquetadora toda la mercancía que sale, y claro, tiene asignado un ordenador.

¡ Tururu ! ¡ Tururu ! ¡ Tururuuuuuuu !

- ¿Me lo diga de lo qué?
- ¿Es ahí la informática?
- Y el Internet también.
- Ah, oye, que me ha dicho el Lagartija que su ordenador se apaga solo.

Ping warehouse12
Tiempo de espera agotado para esta solicitud.

- Vale, le habrá dado una patada al cable, voy para allá.

Y con las mismas me acerco al almacén. Voy al despacho del Lagartija y cuál es mi sorpresa cuando veo que donde se supone que debería estar el ordenador, hay un hueco vacío en la mesa. Eso sí, con marcas de mierda. ¿Sabéis cuando llueve y un coche que estaba aparcado se va, que queda la parte seca marcada en el asfalto? Pues igual, pero con mierda.

Me doy cuenta de que hay un cable verde fosforito que está enchufado a la toma de red y sale por la ventana del despacho... lo sigo. Después de unos 13 empalmes de cable ethernet de categoría 5 (no comments ¬¬u), llego a donde está el ordenador del Lagartija... pegadito a la puerta de la bahía de entrada de los camiones, y en el puto suelo. Cojonudo. Por no andar 40 metros el tío se ha traído el ordenador casi a la puta calle. Pulso el botón de encendido. Silencio. Dios, los ventiladores no funcionan. Lo desconecto y destripo, encontrando rápidamente la razón por la que los ventiladores no funcionaban...

Yo ya no me sorprendo de nada....