Cuando por Twitter anuncié que iba a trabajar un par de meses junto con @TarodBOFH, muchos de vosotros me decíais que “menudo peligro cuando varios BOFHers trabajan juntos” (y cosas más bonicas, gracias T_T), pero la situación más épica que me ha sucedido en este nuevo trabajo ha sido precisamente mientras @TarodBOFH estaba de vacaciones…
El trabajo diario se hace ameno cuando estás a gusto
con los compañeros, y en mi caso no podría haber ido mejor. Tanto Malvicia como
Ñico son dos BOFHers muy competentes en su trabajo, pero como buenos BOFHers
tienen su vena malvada… y sádica.
En esta empresa, la fauna luseril no es demasiado
diferente a la de cualquier otro trabajo. Aquí tienen lusers normales, lusers
avanzados (hay bastantes de estos, todo hay que decirlo, y ya sabéis que son
los más peligrosos), el típico $HiperBoss que no debería tocar un ordenador ni
con un palo, lusers pesadilla, lusers “poyaque”, y un largo etcétera. Pero hay
una luser en específico, que entra dentro de la categoría de lusers pesadilla a
nivel Freddy Krueger, es decir, que te da tanto la vara que incluso sueñas con
ella.
Como con todos los demás, Malvicia se lleva muy bien
con esta luser, y por ello la está llamando constantemente a su teléfono
directo en lugar de llamar al del departamento de informática, hasta un punto
que cansa, y mucho, que su teléfono esté constantemente sonando. Típico luser
al que le tienes que llevar de la manita al baño para que no se pierda, vaya.
El otro día, en los 5 minutos del cigarro, estábamos
hablando de teléfonos móviles y demás jerga friki de informáticos (o eso nos
dijeron), y surgió en la conversación una aplicación que yo utilizo para
controlar de manera remota el HTPC (para el que no lo sepa, un Home Theater PC,
o lo que viene a ser un ordenador conectado a la tele). Este software cuenta
con un servidor que se instala en el HTPC, y un cliente que se instala en un
smartphone, y permite controlar totalmente el equipo desde el smartphone, tanto
ratón y teclado como opciones multimedia. Para un HTPC viene de lujo. Y claro,
en cuanto les expliqué a Malvicia y Ñico en qué consistía la aplicación,
automáticamente se miraron el uno al otro y empezaron a maquinar. Antes de
explicaros lo sucedido quiero matizar que, sin que sirva de precedente, en esta
ocasión yo no tuve nada que ver con lo sucedido, excepto ser el detonante por
explicarles en qué consistía dicha aplicación y dónde conseguirla.
Ese mismo día por la tarde, ya pude ver a Malvicia toqueteando
las GPO del dominio. Entré en la consola a curiosear y pude ver que ésta
política simplemente instalaba un software en un único ordenador en específico:
el de la luser Krueger.
Al día siguiente, ocurrió.
¡¡¡Tiro riro riro riro!!! ¡¡¡Tiro riro riro riro!!!
– ¿Qué te pasa?.- responde Malvicia.
– Vale, ya voy.- cuelga.
Malvicia mira a Ñico, y ambos sonríen y asienten.
Estos cabrones me han mantenido al margen, pero sé perfectamente lo que van a
hacer y no tengo intención alguna de perdérmelo.
Ñico se levanta junto con Malvicia, y va al
departamento de al lado de Krueger a hacer como que atiende a un luser con su
móvil en la mano, teniendo a la vista a la luser en cuestión. Yo me posiciono
cerca de la puerta del comedor, desde donde vero a Krueger desde otra posición.
Malvicia llega al puesto de la luser.
– Bueno, a ver, enséñame qué es lo que te pasa.- dice
Malvicia.
– Tía, que el ratón se me mueve solo. Me ha entrado un virus fijo.- responde.
Malvicia comienza a mover el ratón de Krueger y a abrir y cerrar aplicaciones y
navegadores de Internet.
– Esto va bien, no se mueve solo.- se quedan un par de minutos esperando a que
el ratón se mueva solo pero nada ocurre.- Bueno, que me voy.- dice Malvicia
mientras se marcha.
Krueger parecía satisfecha, pero justo cuando Malvicia
estaba a medio camino, su ratón comienza a volverse loco nuevamente. Miro hacia
el otro departamento, y efectivamente confirmo mis sospechas: Ñico está mirando
atentamente hacia Krueger mientras toquetea la pantalla de su smartphone. Qué
cabrones.
– ¡¡MALVICIAAAAAAA!! ¡¡ME ESTÁ PASANDO OTRA
VEEEEEEZ!!.- grita Krueger de nuevo. Malvicia se da la vuelta aguantándose la
risa.
– ¡YA VOOOOOY!
Otra vez la misma operación, y así repetida tres veces
más. Cada vez que Malvicia llegaba al ordenador de la luser, todo funcionaba
perfectamente, pero en cuanto se iba, el ratón tomaba vida propia. Hasta que
finalmente ocurrió lo que tenía que ocurrir.
– ¡Seguro que eres tú que me estás gastando una broma!
– Pero, ¿cómo quieres que sea yo si estoy aquí contigo?
– ¡Pues entonces es Ñico!.- Malvicia mira hacia Ñico que se hace el sueco en el
departamento de al lado.
– ¿Cómo va a ser Ñico si está ahí atendiendo a otro luser?
– Pues.. pues..
– Krueger, me temo que te ha entrado un virus. Voy a tener que requisar tu
ordenador para formatearlo.
– Pero.. pero..
– ¡No te preocupes, tengo en el departamento preparado un nuevo equipo para tí!
¡Ven conmigo!
En cuanto Malvicia dice eso, voy disimuladamente de
nuevo al departamento de informática para llegar antes que ellas. Al llegar,
Malvicia rebusca en su cajón, y saca un cuaderno y un boli.
– Toma, tu nuevo equipo.
– ¡Pero esto no es un ordenador!
– ¡Claro que lo es! Lo que pasa es que es analógico, ¡cuídamelo bien!
Finalmente, Krueger coge el cuaderno y el boli estoicamente
y sale por la puerta del despacho cabizbaja mientras nosotros tres nos
aguantamos una risa ahogada y estrepitosa.
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