- ¿Lo escuchas?- le dije, mientras depositaba el vaso de culo grueso lleno del negro néctar de los dioses con hielo sobre el posavasos. María me miró extrañada.
- Que si escucho ¿qué?- me respondió con el ceño fruncido.
- El silencio.- respondí con un deje de paciencia en la voz, como el que le está explicando algo por enésima vez a un niño pequeño. María miró hacia el cielo y las copas de los árboles, y un semblante de paz se le dibujó en la cara.
- Es verdad. Aquí el silencio es tan denso que se puede escuchar.- contestó tras unos minutos en los que las ensoñaciones recorrieron su mente.
- Cierto. Y eso no es bueno... algo está pasando. Ahora vengo.
Muchas cosas han cambiado en los últimos meses, y una de las más importantes (y maravillosas) es que mi actual trabajo me permite realizar mis labores de forma remota: el teletrabajo que tan de moda está después de la pandemia. No obstante, hay cosas que siempre están ahí, como ese sexto sentido que, con el tiempo, la experiencia y la ostias recibidas, hemos desarrollado todos los BOFHers, una especie de sentido arácnido (o, según Wardog, intuición femenina) que nos indica claramente que algo está pasando, y ese algo nunca es bueno.
Así pues, abrí la puerta corredera del porche y me metí dentro de la casa, bajé las escaleras trotando en dirección a mi Zulo™ y acelerando cada vez más el paso porque la gota de sudor que recorría mi espalda me estaba diciendo a gritos que si no actuaba a tiempo, esa noche me tocaría trasnochar. Encendí el monitor del PC y lo primero que comprobé fue el correo electrónico... nada relevante.
Abrí la Intranet para dirigirme al panel de monitorización, con la esperanza de ver todo una plantación de tomates verdes... pero, ¡ay tonto de mi! ¿Cómo iban a estar todas las lucecitas en verde si mi sexto sentido BOFH me estaba tocando las trompetas? Efectivamente, en medio de líneas y líneas de luces verdes había una luz tomatera: el servidor Exchange, el correo electrónico de la empresa.
Huelga decir que, en la empresa en la que trabajo, todos los sistemas se han modernizado y adaptado a los nuevos tiempos del teletrabajo, de manera que ya no solo se le faciliten las cosas a los lusers sino también a los sysadmins. Así, tenemos prácticamente todo en la nube (como suele decir el $boss, "¡como en Google!", pero concretamente el servidor de Exchange es una de las cosas que todavía no se han migrado.
[Hace 2 años y pico, poco antes de que se decretara la famosa cuarentena]
- $Boss, ya he migrado el Sharepoint de la Intranet a AWS y estamos funcionando sin problemas.- le dije ufano al jefazo.
- Ahm, ¿y en cristiano?- el $Boss es el típico que le encanta presumir de moderno y de sus millonarias inversiones en tecnología (que no se lo cree ni él), pero luego no le saques del correo electrónico y de su página personal de la Intranet que le tuve que preparar leyendo datos de BI para que pueda ver sus gráficas de ingresos y demás mierdas.
- Que en cuanto migremos el correo electrónico, estaremos completamente en la nube y podremos prescindir prácticamente de todo lo demás. Aunque de eso quería yo hablarle...
- A ver, ¿cuánto me va a costar? Macho, siempre pidiendo más presupuesto.
- Nada que no estuviera ya presupuestado. El caso es que ahora nos sobra la hueva de servidores físicos, así que he pensado reutilizarlos para redundar todo lo que tengamos en la nube, no sea que haya problemas. Y antes de que diga nada, eso no le va a costar nada salvo trabajo por parte de IT.
- Pero si ya pagamos backups, con un uptime del 99,9% en todos los sistemas, ¿no?- hay que ver lo que le gustan los putos anglicismos a este hombre (lo de putos es porque yo los odio).
- Considere esto como el backup del backup. Paranoico que es uno.
- Nada nada, que una de las cosas por las que nos pasamos a la nube es por el consumo de electricidad, el impacto climático y toda esa mierda.
- Bueno, usted manda, pero que conste cuál ha sido mi recomendación al respecto (me voy a montar un macro servidor en plan Mr. Potato con todo lo que hay en el que montaré un ESXi con todos los servidores virtualizados igualmente). En fin, me voy a poner a migrar el Exchange, supongo que para el final del día ya tendré todo listo para iniciar la migración... eso sí, se perderá la conexión al correo electrónico durante unos minutos y todo el mundo tendrá que comenzar a utilizar la interfaz web en lugar del Outlook.
- ¿QUÉ? ¡Pero si me dijeron que tendríamos un compromiso de disponibilidad del 99,9%! ¿Y ya el primer día nos quedaremos sin email?
- Solo los minutos que dure la migración.
- Mira, no, para las máquinas, no podemos estar sin email- claro, como es prácticamente lo único que ÉL usa...- ya buscaremos un momento en el que hacerlo, cuando no haya tanto trabajo como ahora.
- Pero...-
- Ni pero ni pera, ya he tomado la decisión.
- Pos nah.
Y de esta manera, siempre retrasando la migración, han pasado los años y seguimos con el puto Exchange en servidor físico que depende íntegramente de nuestra infraestructura... del año en el que Franco era corneta, todo sea dicho.
[Volviendo al presente]
Con razón no entraban correos, voy a llamar al PFY, que hoy le tocaba estar en la oficina.
- ¿Diga?
- Hola, soy ManOwaR, ¿estás en la oficina hoy, verdad?
- Ehm... bueno, sí.
- No te veo muy seguro, ¿estás o no estás?
- He salido a dar una vuelta, ¡es que es un coñazo estar ahí yo solo! Pero tranquilo que tengo el correo en el móvil y si pasa algo en seguida me entero.
- Excepto si se peta el correo, ¡cenutrio!
- No jodas, ¿se ha petado el correo?
- Es justo lo que te estoy diciendo. ¿Cuánto tardas en llegar a la oficina?
- Pues no sé, ¿una hora?
- Vamos, que estabas en tu casa jugando a la Play, ¿verdad?
- No no, te lo juro.
- Hmmmyap. Tira para la oficina y llámame cuando llegues.
Clac.
Telita con las nuevas generaciones. En fin, tengo como una hora para ver qué cojones ha pasado, así que manos a la obra. Tras las primeras comprobaciones, veo que el servidor está levantado y que responde perfectamente, así que accedo en remoto y verifico que todos los servicios están arriba y que, en teoría, debería funcionar correctamente; incluso compruebo que la licencia de Exchange esté en regla y activada, que los de M$ tienden a chaparte el chiringuito sin ni siquiera avisar cuando esto caduca. No hay alarmas de ningún tipo y en ninguna parte, pero las lucecitas tomateras dicen que ni entran ni salen los correos.
Compruebo el registro de sistema y veo que ese mismo día por la mañana el servidor se reinició. Dos veces. Y que se instalaron un montón de actualizaciones, incluyendo una del propio ecosistema Exchange. Accedo a la interfaz de éste y lo primero que me salta es un asistente de estos tan molones de M$ instándome a migrar todos los datos a la nueva versión: vaya, lo que deberíamos de haber hecho hace dos años y pico pero el $Boss dio la orden de paralizar porque no quería quedarse sin correo.
Así pues, lo primero que hago es tirar por la calle de en medio y lanzar una restauración completa del servidor, tirando de los famosos backups. Por fortuna me permite hacerlo a la primera y sin problemas, y solo tardará unos 40 minutos (es la parte buena de tener un servidor bastante decente en el que solo tienes un Exchange, que no tiene carga de ningún tipo para otros quehaceres).
¡Piiiii! ¡Pipiriripipí! ¡Pipiriripipí! ¡Niiiinoooo niiiiinooooo!
- ¿Ya estás en la oficina?
- Sí, acabo de llegar, ¿qué hago?
- Dime una cosa... ¿tú has actualizado el servidor de Exchange por algún casual?
- Ehm... no.
- ¿No? ¿Y no lo has reiniciado esta mañana a las 12:17 y luego otra vez a las 12:36?
- ¡Ah sí!- claro, ahora que es evidente que te he pillado sí, ¿verdad?
- ¿Y cómo se te ocurre?
- Pues es que estaba aburrido, así que me puse a currar un poco, por optimizar y eso, así que instalé los parches de seguridad que había pendientes para que todo fuera mejor.
- Hmmmyap. Y lo dejaste instalando y te fuiste a "dar una vuelta", ¿verdad?
- Pues sí, es que ponía que iba a tardar.
- ¿Y no te das cuenta de que has dejado a todo el mundo sin correo mientras tanto? ¿Y que ese servidor, el único físico que tenemos, no se debe actualizar por un motivo muy concreto que te expliqué desde el primer día? ¿Y...?- me entra otra llamada.- Oye, te pongo en espera, que tengo otra llamada.
- ¿Diga?
- ManOwaR, ¿qué pasa con el correo? No recibo nada desde hace horas, seguro que algo pasa.
- Buenos días $Boss.
- Sí, buenas, buenas, ¿miras a ver qué pasa o qué?
- Pues mire, resulta que el PFY está con ello justo ahora, le transfiero la llamada y ya él le cuenta.
Clac.
Tiene cojones el carro leña. Al final este PFY va a conseguir que tenga que volver a trabajar en la oficina. O el $Boss, por no querer estar completamente en la nube. En fin... con lo a gustito que estaba yo tomándome el café después de comer y ni ese ratito me dejan tranquilo...